"12 reglas para vivir: un antídoto al caos" de Jordan Peterson
Regla 1. Mantén los hombros erguidos
Las consecuencias de nuestras acciones tienen efectos en nuestras emociones, que a su vez pueden alterar acciones futuras. El autor pone como ejemplo a las langostas; las cuales luchan por los mejores territorios. Aquellas que vencen los enfrentamientos reciben chorros de serotonina de su propio cerebro como recompensa por su acción. Esta serotonina no solo actúa como una recompensa, sino que además ofrece a la langosta una mayor capacidad para vencer a futuros contrincantes. El éxito llama al éxito.
El cerebro humano también dispone de este sistema de recompensas. Aquellas personas que tienen éxitos, probablemente continuarán teniendo más éxitos, ya que su sistema emocional las recompensará. Mientras las personas que fallen, se sentirán decaídas, ya que sus emociones serán negativas.
En la vida se producen bucles retro-alimentados que pueden ser positivos o negativos. Una mala decisión puede producir unos efectos adversos que te lleven a elegir aún peores decisiones. Mientras que buenas acciones con recompensa, pueden motivar a conseguir aún más; produciéndose una espiral virtuosa, que permite a la persona crecer, y cuanto más crece, más recompensa recibe y más bien acumula, volviendo a alimentar el proceso virtuoso ascendente.
El autor recomienda andar erguido, decir lo que se piensa, dejar claro lo que se quiere, atreverse a responder, defender tus derechos. Todo para que la serotonina bombee tu cerebro con recompensas emocionales.
Regla 2. Trátate a ti mismo como su fueras alguien responsable de cuidarte
En este segundo capítulo del libro el autor usa principalmente la biblia para explicar su punto de vista. mediante la historia de génesis, desentraña los motivos que nos llevan a los humanos a descuidar nuestro propio bien. Como ejemplo, señala que más del 60% de las personas no toma las medicinas prescritas por el médico, sin embargo esas mismas personas se gastan grandes cantidades de dinero para cuidar a su perro.
La historia del génesis relata cómo los humanos caímos en el pecado original y como fuimos expulsados de paraíso. Esta historia es creíble, porque los humanos nos vemos a nosotros mismos como seres despreciables, indignos, torpes, pecadores e inútiles.
Es tan negativa la visión que tenemos de nosotros mismos, que sin entender esa visión sería imposible entender por qué las personas son capaces de dañar, e incluso torturar, a otras personas.
Su consejo es: aprende a cuidarte y a tratarte bien.
Regla 3. Traba amistad con aquellas personas que quieran lo mejor para ti
Las personas hundidas psicológicamente y con problemas suelen juntarse con gente en sus mismas circunstancias. De esta manera pueden evitar enfrentarse a sus problemas y mantenerse en su estado sin correr el riesgo que supone cambiar su forma de ser.
Si tienes un amigo que no recomendarías a tu hermana, a tu padre o a tu hijo, ¿por qué sigues teniéndolo tú? Tienes que quedarte con las personas que quieren que las cosas sean mejores, no peores. Es bueno elegir a gente que es buena para ti.
Si te rodeas de personas que apoyan tus aspiraciones, estas no tolerarán tu cinismo, ni tus tendencias destructivas. Te respaldarán cuando hagas bien y te castigarán cuando te desvíes.
Traba amistad con aquellas personas que quieran lo mejor para ti.
Regla 4. No te compares con otro, compárate con quien eras tú antes
Entre de cada uno hay una voz interna que se autocrítica. Lo que hacemos depende de nuestras habilidades y no todo el mundo puedo hacer las cosas bien. No es posible que todos tengamos los mismos resultados.
Si siempre te salen malas cartas, quizás haya alguien haciendo trampas: posiblemente tú mismo. Si tu voz interior critica tus esfuerzos, quizás debieras dejar de escucharla. Si critica a las demás personas, hagan lo hagan, para qué te sirve escucharla.
El “nihilismo” no es la solución. Decir: “em cien años todos calvos”, es una manera de evitar enfrentarse a la realidad. No es una crítica racional, es un truco barato de la razón.
Las eleciones tienen valor. Si no, no serían elecciones. Éxito o fracaso son términos demasiado absolutos para encajar en el mundo real. Se puede hacer mejor o peor, pero todo tiene valor.
Al ser jóvenes carecemos de conocimientos y experiencia. Esto provoca que nos estemos comparando con los demás para poder entender quienes somos. Con el tiempo adquirimos conocimientos y esto nos da una identidad. Algo que nos permite entender quienes somos, que da integridad a nuestras vidas.
Atrévete a sacar de dentro de ti lo que eres. Muestra tu interior, aunque sea oscuro.
Piensa en las cosas que están mal en tu vida, pero no te castigues por ello. Trátate como si fueras alguien que merece respeto. Piensa que la única diferencia entre el pasado y el futuro, es que el pasado es fijo. El futuro puedes influir.