My Toastmasters Icebreaker
Toastmasters is an international organization aimed to develop the leadership and communication skills of his members.
This was my first speeh, the Icebreaker:
Hola mi nombre es Daniel Vela y este es mi icebreaker. Con esta charla quiero explicaros por qué estoy aquí en Toastmasters.
Pero primero quiero contaros una antigua historia. Una historia ubicada en el antiguo Japón, donde un Shogun iba paseando por un bosque acompañado por sus consejeros, cuando un mendigo se acercó. Aquel mendigo pidió al Shogun que le permitiera ser parte de su ejercito y servirle como soldado. Los consejeros despreciaron a aquel hombre por ser pobre y dijeron al Shogun que no permitiera a aquel pobre hombre ser parte de sus hombres porqué no tenía nada que aportar. Pero el Shogun permitió a aquel hombre ser parte de sus soldados.
Diez años después ese pobre hombre se convirtió en el más rico samurai. Era respetado y admirado por todos. Era tan rico, que superaba en riquezas al propio Shogun. Un día un consejero se acercó al Shogun y, recordando el origen de aquel mendigo, preguntó al Shogun: cómo supo que ese pobre hombre podía convertirse en tan gran guerrero. El Shogun respondió: vosotros solo visteis al hombre que era, mientras que yo vi al hombre que podía ser.
Esta historia me la contaron hace años y debo admitir que al principio no la llegué a entender del todo. Parece una historia cuya enseñanza es que debemos fijarnos en quienes podemos llegar a ser y no en quienes fuimos en el pasado. Cosa que no es mal consejo. Pero siempre me he preguntado: ¿cómo pudo aquél Shogun ver en el futuro de alguien?
Hace unos pocos meses descubrí cómo lo hizo. En la propia historia está explicado. Hay un detalle simple pero importante, que hizo ver al Shogun el potencial de aquel mendigo.
¿Alguien lo ha visto? Hay un detalle crucial en el cuento, que nos da una clave importante. Y que es la verdadera enseñanza de la historia. La cuestión es que aquel mendigo no solicitó una limosna, no quiso una ayuda, ni privilegio. Solicitó una responsabilidad que bien llevada podía sacarle de su pobreza, pero que con mala fortuna podía acabar con su vida. Aquel hombre quería ser mejor, sin importar lo que tuviera que sacrificar.
Este es el verdadero sentido de la fábula. Y es un conocimiento muy útil no solo para encontrar nuestro propio camino, sino también para poder reconocer entre nosotros a aquellos con los que merece la pena compartir la vida.
Hará unos diez años viví momentos muy duros en mi vida personal. No quiero hablar de los detalles. Solo is contaré cómo conseguí salir.
Tuve suerte, encontré en la ciencia un motivo par estar motivado. Fue un momento muy especial. Me di cuenta que a mi me motiva enormemente aprender cosas nuevas: de cualquier tipo. Es decir: no es que yo necesite estar motivado para aprender. Si no al contrario: me motivo cuando aprendo. Así que desde entonces no he parado de aprender de todo: mejoré mis conocimientos de mi profesión como programador de software, aprendí muchas cosas sobre ciencia y divulgación, aprendí algunas cosas de economía, astronomía, finanzas, historia, creación de empresas, también sobre desarrollo personal.
Pero siempre me faltó algo. Notaba que aunque tenía más conocimientos, seguía siendo la misma persona, me sentía igual que siempre y me trataba como siempre me había tratado. Tenía muchos sueños y quería conseguir muchas cosas, pero no conseguía la fuerza para perseguir dichos sueños.
Hace un par de años tuve un revelación que cambió la manera de verme a mi mismo. Tiene mucho que ver con lo que Morfeo -de la película Matrix- dijo: “una cosa es conocer el camino y otra es andar el camino”.
Yo sabía que camino quería andar, sabía dónde quería ir. Pero no conseguía andarlo. Intenté muchas cosas en mi vida: montar un negocio, ser autónomo. Me había pasado 8 años leyendo y leyendo mil cosas y aprendí cuál es el camino que debía seguir. Aprendí cómo quería ser y qué debía hacer: pero no conseguía hacerlo.
Entonces me di cuenta que la clave para vivir en este mundo no se trata de conocer, sino de ser. Seguramente a muchos os parezca algo elemental y evidente, pero para mi fue una revelación. Yo no era la persona que quería ser.
Hace unos meses empecé a buscar experiencias que me llevasen más allá. Por ejemplo: encontré una tertulia de inglés en la que mejorar mi nivel. Y seguí buscando más actividades. Porque sin duda alguna, de todo lo que me faltaba por conseguir, (Por que saber lo sabía, el problema era serlo) para alcanzar mis metas, lo más necesario era mejorar mi capacidad de comunicación y liderazgo.
Por eso cuando os encontré sentí una inmensa alegría. Realmente no me pude creer que algo como Toastmasters pudiera ser cierto. Era exactamente lo que necesito. A pesar de todos mis miedos, sabía que debía estar aquí. Supe desde el primer día que tenía que entrar en Toastmasters. Aunque vine invitado 3 veces, sabía desde el primer momento que debía estar aquí. Mi subsconsciente no paraba de decirme que me olvidara de esto, que gastaría mucho tiempo, que no aprovecharía el dinero, que tendría que criticar a otros. Pero yo supe que todos esos miedos eran mi antiguo yo, dispuesto a cualquier cosa por ir al sofa.
Porque ToastMaster no es un sitio donde aprendes, es un sitio donde eres. No hay alguien que te enseña, es un sitio para practicar.
Como dijo Buda: “cuando el aprendiz está preparado, el maestro aparece”, pues sois mi maestro. No penséis que he venido aquí a mirar, aunque quizá haya dado esa impresión. Sé que la mejora manera de aprender a ser líder es ayudando a otros a serlo. Y eso es lo que os prometo, que os voy a ayudar a ser mejores líderes y comunicadores. Lo sé, porque lo he leído. XD